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En los últimos tiempos, se ha visto aumentada la demanda de tratamientos estéticos dentales. Especialmente los blanqueamientos, ya que una sonrisa blanca parece ser sinónimo de belleza. Pero en realidad una sonrisa bonita es una sonrisa sana y cuidada.
También es cierto, que a través de las redes sociales, afloran infinidad de trucos y remedios caseros para conseguir este fin. Una sonrisa más blanca sin apenas esfuerzo.
Algunos de estos “productos milagro” son:
- Limón: Los dientes no se te van a blanquear por mucho que los frotes con él. Lo único que puedes conseguir es destruir y erosionar el esmalte. Con lo cual será peor el remedio que la enfermedad, ya que el limón es un elemento demasiado ácido.
- Carbón activo: Aunque no pongo en duda que pueda tener otros usos beneficiosos para la salud, para blanquear los dientes no sirve. Por mucho que te vendan que elimina las manchas, lo que elimina es tu esmalte dental, ya que es muy corrosivo. Por lo tanto, sólo vas a lograr unos dientes más amarillos porque lo que se verá será el color de tu dentina.
- Bicarbonato de Sodio: Ocurre lo mismo que con el carbón activo, son productos muy abrasivos que desgastan y destruyen las primeras capas del esmalte. Nunca debemos combinarlo con el limón, ya que entonces sí que conseguiremos un efecto demoledor.
- Aceites esenciales o especias: No decimos que algunos de éstos, no consigan el objetivo de ayudarte a tener unos dientes más blancos. Pero lo cierto es que no existe evidencia científica de que así sea.
- Bandas adhesivas o pastas de dientes: El tono real cambiará poco o nada. Según un estudio de la OCU, que analizó quince pastas de dientes diferentes, ninguna blanquea.
Por lo tanto, si de verdad quieres una sonrisa más blanca, consulta con tu dentista de confianza. Él te aconsejará sobre el tratamiento más adecuado para ti. Y si puedes o no hacerte un blanqueamiento. Hay productos, que están diseñados especialmente para ello, sin poner en riesgo la salud de tu boca.
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